lunes, 16 de abril de 2012

Una monarquía fiel a las tradiciones

Conviene no olvidar de dónde vienen las monarquías. Eran aquellos señores feudales que se dedicaban a expoliar a sus súbditos con todo tipo de impuestos y aranceles, gracias a los que, mientras el pueblo sobrevivía como podía, ellos se entregaban a todo tipo de actos de lujuria y desenfreno. Con el paso de los años, el pueblo sometido se fue dando cuenta de que aquello de que  los reyes lo eran por la gracia del dios de turno era una milonga, y el poder de los monarcas entró en declive. El camino seguido fue diferente según el país y en algunos como en Francia o Rusia tomaron medidas drásticas para acabar con sus respectivas cabezas coronadas. Afortunadamente para los humanos de sangre azul, el camino emprendido en muchos sitios fue el de eso que se denomina la "monarquía parlamentaria".

Mi posición sobre la monarquía como forma de gobierno es bastante clara y todos los que me conocen o han leído algo de lo que escribo están al tanto de ella. Por este motivo no es mi intención hacer hoy un alegato contra la monarquía como forma de estado desfasada. Esta mañana, cuando me levanté y en la radio hablaban de los accidentes de caza de su majestad no he podido menos que acordarme de cuando los monarcas feudales salía de caza mientras su pueblo se moría de hambre. ¿Por qué será?

Buen día a todos.