jueves, 20 de junio de 2013

El andén 9 3/4 de Renfe Cercanías

Cuando te pasa la primera vez, dudas. Cuando te pasa la segunda vez en tres semanas llegas a una certeza: Hay trenes en Renfe Cercanías de Madrid que no pasan. No es que lleguen retrasados, es que no pasan porque el siguiente pasa exactamente a la hora prevista.

El otro día estábamos esperando en Nuevos Ministerios a que pasase un tren de la línea C3 procedente de Sol camino hacia el noroeste. Habíamos llegado como 10 minutos antes de la hora así que no había duda de que el tren hubiera podido pasar antes. Nos sentamos a esperar y por allí pasaron trenes con destino a Colmenar, San Sebastián de los Reyes,... pero destino Cercedilla o El Escorial, ninguno. Una vez llegamos a la conclusión de que el tren no iba a venir decidimos cambiar de andén y coger el que venía desde Recoletos y que seguía después la misma ruta. Nos quedó la duda de si no nos habríamos confundido de andén por aquello de que, para facilitar las cosas, en Nuevos Ministerios los trenes que vienen hacia la sierra pasan por dos andenes diferentes según de qué línea sean.

Hoy nos ha pasado lo mismo pero sin posibilidad de error en el andén ya que estábamos en Sol y allí sólo hay uno en cada sentido. El tren supuestamente tenía que pasar a las 17:19 y de nuevo hemos visto llegar y marcharse trenes con destino a Colmenar, San Sebastián de los Reyes... pero rumbo noroeste ninguno. Cuando hemos llegado a la conclusión de que ya no iba a pasar hemos cogido uno hasta Chamartín donde como vienen trenes de los dos "túneles de la risa" hay mayor oferta y, quizás tendríamos que esperar menos. Una vez en Chamartín nos tocaba esperar 20 minutos así que le he dicho a mi acompañante que íbamos a emplear el tiempo poniendo una reclamación. Hemos ido a Atención al Cliente donde, al ir a exponer nuestra queja, el empleado sin molestarse en entender lo que le estábamos diciendo nos ha mandado a Información a preguntar los horarios. Hemos tenido que sacarle de su error y hacerle entender que queríamos poner una queja y, para ello, por supuesto, le hemos tenido que volver a explicar la situación. Su primera reacción ha sido la de decir: "Pues claro que el tren ha pasado" ante lo que le hemos vuelto a contar que nosotros estábamos en el andén sentados viendo pasar los trenes con antelación suficiente como para que no se nos pudiese haber escapado y "¡que el tren no ha pasado, oiga!". Tras mirar la pantalla y apretar multitud de teclas ha descolgado el teléfono donde tras hablar con alguien ha vuelto a afirmar sin pestañear "El tren ha pasado". Pues bien, la unica explicación factible es que el tren haya pasado por el andén 9 3/4 y que como nosotros no fuimos a Hogwarths y somos unos vulgares "muggles" pues no hemos podido acceder al mismo y por eso no lo hemos visto pasar.

La peripecia podría haber terminado aquí si no fuese porque la reclamación, como no podía ser de otra forma, la hemos tenido que rellenar a mano en un libro que dispone de 4 copias para cada una. Tras rellenarlas el empleado ha puesto el consabido sello en cada una de las páginas como diciendo "¡Ea! Ahí queda eso". De las 4 copias nos ha entregado 2 a nosotros sin que sepamos muy bien para qué necesitamos dos hojas iguales... perdón, iguales no que son de colorines diferentes. De alguna reclamación anterior, intuyo que una de ellas es para remitirla a alguna oficina de atención al consumidor pero, por supuesto, ni el empleado nos ha informado de ello ni en las hojas lo pone en sitio alguno. También, como no podía ser de otra forma, ha hecho las consabidas fotocopias de nuestros billetes... Y luego aún nos preguntamos por qué España está como está.

!Buenas noches a todos¡



p.s. La curiosa aleatoriedad de los trenes de Renfe Cercanías también se produce en otros aspectos como el aire acondicionado que, según la suerte que uno tenga, funciona o no.  La verdad que tengo la sensación de que es una forma de ahorro que al contar con esa componente de aletoriedad, siempre deja al viajero con la sensación de que es algo circunstancial.

lunes, 10 de junio de 2013

Lo que pudo ser y no fue de Rafael Simancas

Hace ya 10 años del "tamayazo". ¡Cómo vuela el tiempo! Aún recuerdo aquel día. Yo iba oyendo la radio en el coche cuando dieron la noticia de que a causa de la ausencia (intencionada) de dos diputados del PSOE, el PP se había hecho con el gobierno de la Comunidad de Madrid. Me indigné como muchos. ¿Qué sentido tenía que dos personas de las que no había oído hablar en mi vida pudiesen jugar con mi voto de aquella manera? En fin, son las cosas que tiene nuestro sistema electoral, que a pesar de que no puedes elegir a los diputados de forma individual, sin embargo el escaño es suyo en propiedad. Que a pesar de que uno vota a unas siglas y, como mucho conoce a los 2 ó 3 primeros, lo quiera o no está eligiendo a todos los de la lista con todas sus consecuencias, pero no es eso lo que quiero comentar.

El sábado, uno de los principales protagonistas de aquellos acontecimientos, Rafael Simancas, escribió un artículo en el que después de quejarse amargamente -de nuevo- sobre aquella conspiración, pasa revista a las grandes cosas que él habría hecho de haber sido presidente de la Comunidad de Madrid. Lo que no analiza el Sr. Simancas son las verdaderas razones por las que no gobernó. Efectivamente, en las primeras elecciones se produjo el Tamayazo pero ¿y en la repetición? ¿Qué pasó? En aquellas elecciones revisitadas celebradas en octubre de aquel mismo año el PP ganó y con mayoría absoluta. El PSOE, entre las elecciones de mayo y las de octubre se dejó, exactamente, 142.185 votos, casi un 12%. Fueron unos votos que no fueron a ningún sitio porque IU prácticamente repitió resultados y el PP también perdió una buena cantidad. Para mí esa ha sido siempre la gran pregunta que Rafael Simancas se debía haber hecho y que nunca se hizo. ¿Por qué, si estaba tan claro que había sido una conspiración contra el PSOE su electorado le dio la espalda de semejante forma? Lo normal habría sido que, heridos por semejante afrenta, los votantes hubiesen acudido en tropel a desfacer el entuerto. De haber sido así, o incluso simplemente de haber mantenido los votos de mayo, dada la bajada del PP, el PSOE se habría hecho sin problemas con el gobierno... Pero no fue así.

¿Por qué? Cada cual supongo que tendrá sus explicaciones. Yo, que fui uno de los 142.185 votantes que se quedaron por el camino, tuve mis razones para no votar al PSOE de nuevo. Cuando saltó el escándalo, toda la estrategia del  PSOE se centró en el dedo acusador hacia el PP por la conspiración. ¿Que la hubo? Seguramente. Pero yo eché de menos un análisis interno en el PSOE que determinara qué se había hecho mal. Que analizase por qué se habían colado en la lista dos personas con la talla moral de aquellos dos individuos. ¿Quién los puso allí? No lo sé, el caso es que no dimitió nadie. No, en el PSOE estaban todos tan contentos de haberse conocido mientras bramaban contra las artimañas del PP.

Sr. Simancas, para mí la pregunta que debe hacerse ud. no es lo que habría hecho de haber ganado las elecciones sino por qué no las ganó en la segunda ronda de octubre y fueron los del PP (los malos) los que se alzaron con la mayoría absoluta. Sin embargo, esa pregunta es complicada porque supone asumir responsabilidades de cosas mal hechas y siempre es más cómodo dedicarse a contar "lo que pudo ser y no fue".

Rafael Simancas, desde entonces, y tras su gran triunfo en las elecciones de octubre, sigue subido en el coche oficial dando lecciones a todo el mundo. Luego, en el PSOE, se preguntan por qué el electorado les da la espalda... aunque a veces tengo dudas sobre si es que se lo han preguntado alguna vez.

¡Buen día a todos!