Esa es la sensación que tengo, que voy a ser un huérfano político de por vida, que nunca encontraré una formación política de la que pueda decir: "yo soy de...". En fin qué le vamos a hacer, será que soy rarito.
Me gustaría encontrar un partido que, por fin, afrontase la tarea de modernizar el estado. De modificar estructuras y normas que responden a otra época y que poco tienen que ver con la sociedad en la que vivimos. Pongo un ejemplo: entre la derecha y la izquierda existe el eterno debate sobre si la gestión de determinadas actividades debe ser pública o privada. La derecha defende que la gestión pública es ineficiente, la izquierda que no se debe dejar en manos privadas -y por tanto con ánimo de lucro- la gestión de derechos fundamentales como la sanidad o la educación. Debe ser que cada día entiendo menos lo que significa derecha e izquierda. Para mí la disyuntiva no es esa. Para mí, el quid de la cuestión está en que la gestión pública debe ser eficiente en cualquier caso, abarque más o menos servicios para los ciudadanos, que es lo que debería ser el objeto del debate ideológico. Pero conseguir una buena gestión pública debería estar por encima de cualquier ideología.
Por eso, echo de menos un partido que nos proponga una hoja de ruta para la modernización del estado. La derecha dice que la gestión pública es ineficiente porque la ley de de la función pública, la ley de contratos del estado, el modelo autonómico y otro sin fin de normas lo impiden. Pues bien, si nuestro entramado legislativo es un obstáculo para una buena gestión, analicemos en qué falla y busquemos otro. Se defiende que en la gestión privada hay una exigencia de responsabilidades y resultados que no existe en la pública. Si es cierto, que lo es, pues manos a la obra y cambiémoslo ¿no? . Si el responsable de un hospital público no vale, pues habrá que cambiarle por otro. Si comete tropelías o desmanes pues tendrá que asumir sus responsabilidades, penales incluso si es preciso. Pero si vale habrá que compensarle en consecuencia porque, en el fondo el beneficio de su gestión nos reporta a todos. Y, por favor, que nadie coja este comentario por los pelos, compensarle en consecuencia no significa hacerle multimillonario, significa que si alcanza los objetivos pueda tener un bono adicional de un tanto por ciento determinado de su sueldo... como se hace en cualquier empresa privada vamos.
De la misma manera, me gustaría ver cómo algún partido nos propone cambios en nuestro modelo de representación. La estructura de partidos, sindicatos, etc. está pensada para épocas en las que la comunicación no fluía como ahora. Viene de un mundo con poco más que telegramas y teléfonos para comunicarse, donde había que conferír poder a unos representantes ante la imposibilidad de mantener a todo el mundo informado y consultado. En pleno siglo XXI, que el voto sea una carta blanca al elegido es algo completamente fuera de lugar.
En fin, viendo en qué centras sus propuestas los partidos, la reflexión sobre como modernizar el estado no está entre sus prioridades. Al PP porque en una visión puramente economicista les va bien lo de llevarse toda la gestión al terreno privado. Al PSOE porque están más ocupados en mirarse el ombligo y ver qué pueden hacer para salir de su agujero que en hacer propuestas constructivas para el país. De IU qué decir, que siguen siendo marxistas y leninistas. UPyD, que podría estar algo más alienada en este sentido, también se pierde en hacerse un hueco entre los dos primeros y en el personalismo de alguno de sus líderes. Del resto, pues para qué hablar, no por desprecio sino porque no tiene entidad para que sus posibles propuestas lleguen a ningún sitio.
Acepto el posible reproche que se me puede hacer de crítica poco constructiva. Pero como dice mi cuenta de Twitter, yo iba para ciudadano comprometido y me quedé en votante desencantado. Quise comprometerme y salí escaldado. Ahora le toca a otros que yo, al menos, puedo decir que lo intenté.
Buen fin de semana a todos.
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