Ayer una de las personas a las que seguía en Twitter decidió bloquearme. Bloquear a un seguidor es libre potestad de cada uno y yo lo he hecho en más de una ocasión. Por costumbre no admito seguidores anónimos siempre que éstos mantengan propósitos comerciales, así que cada vez que me aparece un seguidor de este tipo es expulsado de mi lista de followers. También entiendo que uno pueda bloquear a un troll que no haga más que criticar de forma sistemática cualquier cosa que uno dice. No me ha pasado, afortunadamente, pero supongo que el día que ocurra lo haré.
El caso de ayer es diferente y, la verdad, como se dice por Andalucía, me da coraje, motivo por el que he decidido escribir esta entrada en el blog. No me preocupa que @joansinmiedo haya decidido que ya no le puedo seguir ni dirigirme a él y podré sobrevivir. No, mi preocupación es otra.
No recuerdo por qué empecé a seguirle, supongo que por un encadenamiento de usuarios que me llevó hasta él. Es un usuario controvertido, de estos que tuitean todo aquello que se les pasa por la cabeza. Como él dice "Mi Twitter es mío y me lo follo cuando quiero". Antes de seguir a álguien siempre echo una mirada a su TL y, con independencia de que @joansinmiedo hablaba de muchas cosas que ni me van ni me vienen, incluso son una fuerte componente personal, sí que encontré una cierta identificación en cuanto a planteamientos políticos y una aparente coincidencia en nuestros pasados. Aunque el mío sea más extenso que el suyo, los dos hemos pasado por un determinado partido, los dos lo abandonamos en su momento y los dos mantenemos una postura crítica sobre la situación actual del mismo. @joansinmiedo, como decía antes, suelta todo tipo de burradas en su TL. Algunas me hacen reir, otras me parece que se ha pasado y otras ni me van ni me vienen. Creo que nunca le he llegado a decir nada en estos casos.
Ayer sin embargo, uno de sus tuits me hizo contestarle. Dijo lo siguiente:
Un par de horas antes otro usuario había publicado otro tuit que incluía una foto de Irene Villa tras el atentado que la dejó sin piernas. No pude aguantarme las ganas y se lo remití. Al rato, publicó un nuevo tuit en el que decía:
Y sí, no sé si había bloqueado a álguien más pero yo estaba entre los agraciados. Lo cierto es que lo descubrí cuando iba a dejar de seguirle. No comparto en absoluto su gusto por el humor negro y, por circunstancias personales, este tipo de gracietas me son especialmente más desagradables. Se me adelantó, antes de que le diese al botón de Unfollow ya me había eliminado él.
En este punto supongo que quien esté leyendo esto se preguntará que qué interés tengo para dedicarle esta entrada del blog. En alguna otra ocasión he hablado de otros usuarios de Twitter pero siempre siguiendo una línea: sólo critico a usuarios que pueden calificarse como "públicos". A los que son usuarios "de andar por casa" los respeto siempre con independencia de que puedan decir más o menos burradas. Se podría argumentar que en Twitter todos somos públicos, lo cual seguramente es cierto, pero eso es fruto de otra discusión en otro momento.
Entonces ¿por qué todo esto? Pues porque estamos en un momento crítico ante un previsible final del terrorismo y de la banda armada en el que todos tenemos que poner nuestro granito de arena para conseguirlo. Cada uno en la medida de nuestras posibilidades. @joansinmiedo defiende una postura que comparto: las víctimas no deben marcar la hoja de ruta de este proceso. Deben ser tenidas en cuenta: sí, han pasado por algo que nadie que no haya vivido puede imaginar. Como sociedad les debemos el máximo respeto y consideración. Deben su opinión ser la única tenida en cuenta: no, son parte emocionalmente involucradas en el proceso y, por lo tanto, con una muy fuerte subjetividad en sus opiniones. Creo que algo de criterio y conocimiento de causa tengo para hacer estas afirmaciones.
Al hilo de las victimas y el papel a jugar hay un gran debate. Posturas y comentarios de "humor negro" como dice @joansinmiedo no ayudan en nada. El hecho de que @joansinmiedo defienda la postura comentada y haga después chistes desagradables no consigue más que descalificarla. No consigue más que transmitir que los que la defendemos, en realidad, lo que pensamos es que las víctimas no importan y mejor que se quiten de enmedio que estorban.
@joansinmiedo tiene 2500 seguidores y no es un personaje más. Una buena muestra es que un intercambio de mensajes con la cuenta de @marianorajoy, sobre el matrimonio entre homosexuales, termino siendo comentado en el diario Público, al menos, en su edición digital. Supongo que esto es una nueva muestra de cómo cambian los tiempos. Por el tono de muchos de sus comentarios, si llegase a leer esto, estoy seguro de que contestaría de nuevo con lo de "es mi twitter y me lo follo como quiero" y que qué historias le estoy contando de que pueda ser casi un personaje mediático. Sin embargo, lo haya buscado o no, puede que haya más gente leyendo sus opiniones que las de políticos o periodistas de más renombre.
En fin, @joansinmiedo seguirá viviendo feliz. Como ya se ha podido ver en alguna entrada anterior estos temas tienen una cierta componente emocional para mí así que necesitaba desfogarme un poco.
Buen día.
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